jueves, 28 de noviembre de 2013

Día 5, jueves 5 de septiembre de 2013: Vaticano, Piazza di Spagna y Piazza del Popolo

Comienza el que va a ser uno de los días más importante del viaje, el día en que voy a conocer uno de los monumentos más famosos de Roma: la basílica de San Pedro. Además, en el día de hoy tenemos pensado hacer una visita guiada por la Necrópolis del Vaticano, donde veríamos la tumba del apóstol san Pedro. Como tenemos la cita para las diez y media decidimos subir antes a la cúpula de la basílica, por lo que ponemos el despertador a las siete y veinte, para poder estar sobre las nueve de la mañana en el Vaticano, y que nos diera tiempo a subir a la cúpula.

Cúpula de san Pedro: unas vistas que esperaba mejores.
Tras desayunar en la habitación, salimos del apartamento a las ocho y media, llegando en apenas veinte minutos a la basílica de San Pedro. Es impresionantemente grande. De repente, estoy ahí, delante de un edificio que siempre he visto por la tele. Por primera vez, son mis propios ojos los que ven la basílica.

Al salir del apartamento me preguntaba si hacía bien en ponerme pantalón corto. Pero, de camino a la basílica, y tras ver cómo iba vestida la gente, empecé a preguntarme si había hecho bien en ponerme zapatillas, pues empezaba a sopesar la posibilidad de que me hubieran dejado entrar en chancletas. Y no estaba equivocado. En apenas dos minutos, sin nada de cola, consigo pasar el control de seguridad entre gente con pantalón corto y chancletas.

Basílica de San Pedro.

Tras dejar el trípode en la consigna, sacamos las entradas para la cúpula de la basílica. Optamos por la subida en ascensor hasta la mitad de la cúpula, pues apenas cuesta dos euros más, siete euros en total, que la entrada sin ascensor, y pensamos que compensa esa pequeña diferencia. Tras esperar un poco de cola, iniciamos la subida y minutos antes de las nueve y media estamos en el mirador más famoso de la basílica. En ese momento me siento un poco decepcionado, ya que las vistas no son como me esperaba. No obstante, con el tiempo, y tras ver las fotos con calma en casa, he de reconocer que la vista es bien bonita.

Vistas desde la Basílica de San Pedro.

Nos pasamos un rato bastante largo haciendo tiempo en lo alto de la cúpula viendo las vistas que se tienen desde lo alto, ojeando los souvenirs... hasta que, a las diez, nos damos cuenta de que tenemos reservada la visita de la Necrópolis a las diez y cuarto en vez de a las diez y media. Así que bajamos corriendo las escaleras, cogemos el ascensor, salimos de la basílica de San Pedro... y a mi pareja se le rompe el zapato. Completamente. Se le parte por la mitad. Son prácticamente las diez y cuarto, no sabemos dónde es la entrada de la Necrópolis y mi pareja no puede andar. Con algo de pena por su parte, pero prácticamente ninguna por la mía, pues con el paso del tiempo se me habían quitado las ganas de ver la Necrópolis, decidimos cancelar la visita y no presentarnos.

Es en ese momento cuando nos damos cuenta de que hemos salido de la Basílica y que, si queremos volver a entrar, debemos volver a hacer la cola que, a estas horas, es enorme. Es entonces cuando caemos en la cuenta de que tenemos el trípode en la consigna, y que con esa excusa quizá nos dejen entrar. Craso error, solo nos dejan entrar a uno de los dos. Así pues, entro yo y, antes de recoger el trípode, hago una visita exprés a la basílica, donde quedo impresionado con su inmensidad y dimensiones. Tras ver La Pietá de Miguel Ángel y el baldaquino de Bernini, impresionante, espectacular, recojo el trípode cinco minutos después de entrar en la basílica y nos dirigimos al apartamento para que mi pareja se cambie los zapatos, no sin antes hacernos unas cuantas fotos frente a la basílica. Toca cambio de planes.

Paseo hasta Piazza di Spagna.
Llegamos al apartamento poco antes de las once y cuarto y, tras cambiarnos ambos de zapatos, pues yo aprovecho para ponerme unas chancletas, salimso de nuevo a la calle. Bien pensado, tampoco es que fuéramos a perder nada de tiempo, ya que el tiempo que íbamos a estar en la Necrópolis lo hemos pasado yendo al apartamento y volviendo al Castillo de Sant'Angelo, así que lo único que nos perdemos es la basílica de san Pedro, pero eso tiene fácil solución, pues al día siguiente podríamos visitarla antes de entrar en los Museos Vaticanos. Así pues, decidimos dirigirnos hacia el Castillo de San't Angelo, desde donde iríamos a la Piazza di Spagna, el lugar donde a comienzos de la mañana teníamos pensado llegar para la hora de comer.

Así, poco antes de las doce menos cuarto estamos de nuevo frente al Castillo de San't Angelo, haciéndonos las típicas fotos de uno de los monumentos más famosos de Roma. A pesar de ser una de las visitas más famosas de la ciudad, teníamos decidido no entrar, ya que pensábamos que no nos iba a interesar, puesto que lo único que veíamos reseñable eran las vistas, y no creíamos que el precio de la entrada las justificaran. Tras ir paseando por distintas orillas del río Tiber, llegamos al Ara Pacis, otro de los monumentos más famosos de la ciudad.

Castillo de San't Angelo.

Con esto damos por finalizado por hoy la zona de los alrededores del Vaticano, y nos dirigimos hacia la Piazza di Spagna, sin duda uno de los puntos más conocidos de Italia. Pero antes de llegar a la Piazza di Spagna hay que ver unos cuantos lugares. Así, en primer lugar nos dirigimos hacia el Mausoleo de Augusto y el Ara Pacis, un conjunto de ruinas romanas relativamente interesantes que vemos con bastante rapidez. Nos sorprende que la entrada al Ara Pacis cueste diez euros, estando como está en un cubículo de cristal, pudiéndose apreciar desde la calle, aunque obviamente no con la cercanía y la tranquilidad de dentro del cubículo. Pero diez euros son demasiados euros. Vuelvo a preguntarme por qué no hay en Roma una tarjeta como la de París, que permita entrar en gran cantidad de monumentos. Pagar diez euros por el Ara Pacis me parece bastante, pero bien habría pagado bastante más por poder entrar al Ara Pacis y a otros monumentos de la ciudad.

Tras descansar un poco, nos adentramos ya en las calles cercanas a la Piazza di Spagna, a donde llegamos a la una menos cuarto. Por fin la tengo delante de mí, llena de turistas, uno de los lugares más conocidos de Roma. Esta es una de las cosas que más me ha gustado de Roma, que en el mismo día puedes visitar muchísimos lugares muy conocidos por casi todo el mundo. Casi en cada esquina te encuentras con lugares que conoces de oídas o de ver en la tele desde pequeñito. Y la Piazza di Spagna es una de ellas. El único inconveniente que le veo es la cantidad de turistas que tiene, aunque bien es cierto que había mucha mayor densidad de turistas en la Fontana di Trevi. Tras sacar una serie de fotos, decidimos buscar un restaurante por las calles adyacentes a Piazza di Spagana, pues es la una y media y comenzamos a tener un poco de hambre. Al contrario de lo que esperábamos, no nos es difícil encontrar restaurantes, pues hay bastante más de los que esperábamos. Tras dar un pequeño paseo, decidimos comer en un restaurante donde pedimos dos pizzas que, sin estar exquisitas, comemos con gusto.

Piazza di Spagna.

La Roma de Bernini y Santa Maria del Popolo.
Tras terminar de comer, y como el "maravilloso" horario de la cercana Santa Maria del Popolo es igual que el de muchas iglesias de Roma, es decir, cierra a los mediodías, decidimos dirigirnos hacia la zona cercana a Via Veneto, donde se encuentran algunas fuentes interesantes y una iglesia que abre a las tres de la tarde, en vez de a las cuatro, como Santa Maria del Popolo.

Cuando llegamos, observamos que la fuente de Tritón, una de las más conocidas de Roma, está completamente tapada porque está siendo reparada. Así, nos dirigimos hacia la cercana iglesia de Santa María de la Concepción, con al esperanza de que no hubiera que pagar mucho por entrar en la cripta, pero vemos que, como esperábamos, hay que pagar cinco euros, cantidad que no estamos dispuestos a pagar.Como todavía es demasiado pronto para ir a la Piazza del Popolo, descansamos un rato sentados a los pies de la fuente de las avispas, la otra fuente de Bernini que hay en la plaza. Al menos esta no está completamente tapada...

Tras el descanso, y tras ver el Éxtasis de Santa Teresa en Santa Maria della Vittoria, nos adentramos por una calle que por un momento pensamos que llega hasta la Piazza del Popolo, aunque no me cuadra mucho con el mapa. Justo cuando creemos llegar a la Piazza del Popolo descubrimos que estamos en lo alto de Piazza di Spagna, en la iglesia de Santa Trinita dei Monte, así que aprovechamos para hacer fotos desde ahí e ir bajando las famosas escaleras de la Piazza di Spagna poco a poco.

Tras ver la Piazza di Spagna tanto desde arriba como desde abajo, decidimos dirigirnos hacia el último destino del día: la Piazza di Santa Maria del Popolo, a donde llegamos minutos después de las cuatro y cuarto. La verdad es que esperaba que me gustara más, sobre todo la famosa iglesia de Santa Maria del Popolo, que no tiene nada interesante salvo los Caravaggio de su interior. Tras ver la plaza, decidimos subir a los jardines del Pincio, donde disfrutamos de una preciosa perspectiva de Roma. En los jardines de Pincio decidimos dar por finalizado el día, y nos quedamos un buen rato descansando y admirando las preciosas vistas que se tienen desde ahí. Finalmente, a las cinco de la tarde decidimos dirigirnos al autobús, más bien un microbús, que cogemos tras esperar dentro por un espacio de casi quince minutos, llegando al apartamento a las seis menos cuarto.

Piazza del Popolo.

Fotos nocturnas del foro.
Tras descansar un poco, salimos del apartamento minutos antes de las ocho menos cuarto, y nos dirigimos hacia Campo di Fiori en busca de un restaurante para cenar. Tras la cena, decidimos dirigirnos hacia el Foro para hacer las fotos nocturnas del día. Antes de llegar al Foro, pasamos por el Area Sacra Argentina, la cual es más bonita de lo que esperaba. Tras unas pocas fotos, llegamos al monumento a Víctor Manuel a las nueve y media, y la verdad es que es una gozada poderlo disfrutar sin la cantidad de coches y ruido que lo rodean durante el día. Prácticamente podría decirse que somos los únicos que estamos en la zona. Tras estas fotos, subimos una empinada escalera hasta la plaza del Campidoglio, y de ahí vamos a dos miradores desde donde tenemos una preciosa vista del Foro romano. La verdad es que las vistas son preciosas. Ha merecido la pena llegar hasta ahí. Tras unas fotos por los alrededores, y tras escuchar una especie de ópera que se está desarrollando en el Foro, decidimos acercarnos al Coliseo, el cual no teníamos pensado visitar en un principio. Si de día era impresionante, de noche lo es aun más, completamente iluminado y casi todo para nosotros solos. La sesión de fotos que hacemos es espectacular. Aun así, acabamos pronto las fotos: al día siguiente toca ver el Foro y hay que madrugar. Así, minutos después de las once menos cuarto llegamos al apartamento.

Coliseo.

Foro Romano.

Gastos del día
Al no haber tenido que pagar por la Necrópolis de San Pedro, los gastos del día han sido bastante menores de lo esperado, aunque bien es cierto que hemos comido y cenado de restaurante, por lo que en comida hemos gastado más que otros días. Los gastos del día han sido los siguientes:

  • Comida: 28.50 €
  • Turismo: 7.00 €
  • Transporte: 3.00 €
  • Total: 38.50 € por persona.


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