miércoles, 20 de noviembre de 2013

Día 4, miércoles 4 de septiembre de 2013: Piazza Navona, Panteón, Fontana di Trevi y Santa Maria Maggiore

Tras dejar atrás Florencia, hoy comienza el día que he estado deseando tanto tiempo: el día en el que voy a conocer Roma, la que seguramente es la ciudad que más ganas tenía de conocer desde hace tiempo. Con la alegría por los días soleados que vamos a tener, nos despertamos a las ocho de la mañana, y salimos tres cuartos de hora después en busca de una cafetería para desayunar. Nuestro plan de hoy es el siguiente: ver los alrededores de la Plaza Navona, Panteón y Fontana di Trevi, comer por esa zona, y a continuación ver los alrededores de la Piazza Repubblica, finalizando el día con la visita a Santa Maria Maggiore, una de las basílicas mayores de Roma. Con un poco de miedo de que no nos dé tiempo a ver esto último, pues me parece que el itinerario está muy cargado, nos ponemos en movimiento.

En primer lugar nos dirigimos hacia la cercana iglesia de Sant'Andrea della Valle, y entramos a verla, antes de desayunar. La iglesia es batante bonita, y me alegra pensar que la mayoría de las iglesias que veré en Roma seguramente sean de ese nivel. Si es así, Roma me va a gustar mucho. Una vez en la calle, vamos a una cafetería cercana donde por apenas 6 € desayunamos en una terraza un cafe, un zumo y dos piezas de bollería, algo pequeñas eso sí. Esperábamos que saliera bastante más caro, sobre todo siendo terraza, así que quedamos bastante contentos.

Piazza Navona, Panteón y Fontana di Trevi: todo espectacular.
A continuación nos dirigimos hacia Piazza Navona, que ya habíamos visto la noche anterior, a donde llegamos minutos después de las nueve y cuarto, y que encontramos con bastantes pocos turistas, por lo que aprovechamos para sacar unas preciosas fotos que serían imposibles de sacar en otro momento del día. Apunto que no hay muchos turistas a esta hora de la mañana, y sopeso la posibilidad de madrugar el último día para ir a Fontana di Trevi y sacar fotos con pocos turistas. Tras ver la plaza, incluyendo la iglesia de Sant'Agnese in Agone, que encuentro bastante más bonita de lo que esperaba, pues siempre había oído que no era nada del otro mundo, nos dirigimos hacia el Panteón, aunque para llegar a ese monumento tenemos que callejear bastante, pues antes tenemos que ver los lugares menores de la zona, que la verdad no son nada del otro mundo.

Así, a las diez y cuarto llegamos al Panteón, el templo antiguo mejor conservado de Roma, y que nada más verlo advierto que se va a convertir en uno de mis lugares favoritos de la ciudad. En contra de lo esperado, continúa sin haber muchos turistas, por lo que podemos admirarlo tranquilamente tanto por fuera como por dentro, donde, si bien no se puede decir que estemos solos, sí se puede decir que son muy pocos los turistas que hay dentro del edificio. La verdad es que me gusta mucho, muchísimo, tanto por fuera como por dentro, y eso que tampoco es que se pueda decir que sea un edificio muy ornamentado. Pero tiene algo. Me encanta.

Panteón.

Tras salir a la calle y volver a hacer fotos de nuevo, en apenas quince minutos hemos visto el Panteón, nos dirigimos a ver los alrededores del Panteón, que prometen ser más bonitos que los de Piazza Navona. Así, en primer lugar nos dirigimos hacia la iglesia de Santa Maria Sopra Minerva, enfrente de cuya entrada se encuentra el famoso obelisco del elefante de Bernini. Aunque la encuentro bonita, en fotos me había parecido más espectacular. Tras ver otras cosas menores, a las once entramos en la iglesia de San Ignacio de Loyola, una de las iglesias más famosas de Roma, y que, como no podía ser de otra manera, es espectacular, muy decorada y con unos frescos en el techo preciosos, los cuales pueden admirarse fácilmente gracias a un espejo que hay colocado en el suelo de la iglesia.

Tras salir de la iglesia, nos planteamos la posibilidad de ir a ver la iglesia de Il Gesú, pero tendríamos que dar una pequeña vuelta, así que decidimos dejarla para otro día, no siendo que no nos diera tiempo a ver a la tarde la iglesia de Santa Maria Maggiore. Así, nos dirigimos hacia la Fontana di Trevi, a donde llegamos a las once y media, tras haber pasado previamente por lugares como el templo de Adriano, lugar en el que ya comienzo a notar la presencia de la Antigua Roma, y del Obelisco di Montecitorio y la Columna de Marco Aurelio. Todo lo encuentro precioso. Y para redondear el día, de momento no hemos visto ni una sola nube.

Como he dicho, llegamos a la Fontana di Trevi, la cual se encuentra a rebosar de turistas, pero con algo de paciencia y un poco de morro, conseguimos sacar unas cuantas fotos en las que solo aparecemos nosotros, sin ningún turista más. Incluso nos atrevemos a sacar el trípode, a pesar de la cantidad de gente que había. Tras las fotos de rigor, decidimos sentarnos a descansar un poco mientras admiramos la Fontana di Trevi, la cual es seguramente la fuente más bonita y espectacular de Roma, y de paso aprovechar algún momento para sacar alguna otra foto. Hasta el momento no nos podemos quejar del día: buen tiempo, monumentos espectaculares, y buena compañía. Y es que todo lo que hemos visto me ha parecido espectacular, impresionante. Todo. Lo que hacía mucho tiempo que no me pasaba.

Fontana di Trevi.

Quirinal: subiendo la colina.
Así, poco antes de las doce partimos rumbo a la columna del Quirinal, con al satisfacción de ir bastante adelantados sobre el horario. Santa Maria Maggiore no se nos va a escapar. Así, nos dirigimos hacia la Piazza Quirinale, donde se encuentra el Palazzo Quirinale, la residencia del presidente de Italia, y a donde llegamos a las doce y media, tras subir una empinada cuesta que nos recuerda que ya estamos subiendo la colina del Quirinal. Aprovechamos que no hay nadie en la plaza y sacamos unas cuantas fotos, casi todas con trípode, y cuando casi hemos finalizado con las fotos se nos acerca un policía y nos dice que no podemos hacer fotos con el trípode. Nos extraña un poco porque su compañero nos había visto y no nos había dicho nada, y la noche anterior habíamos hecho muchas fotos cerca de policías en Piazza Navona.

Una vez acabadas las fotos, subimos la Via del Quirinale, llegando a la iglesia Sant'Andrea al Quirinale, una de las iglesias que más ganas tenía de ver de Roma y que no puedo ver debido al horario de la mayoría de iglesias de Roma. Y es que prácticamente todas las iglesias de Roma cierran al mediodía durante un rango de dos o incluso tres horas, por lo que si llegas a la hora de comer a una zona en la que hay una iglesia que quieras ver, la única posibilidad es volver otro día a otra hora o hacer tiempo durante horas en esa zona, lo cual no es asumible.

Tras quedarme sin ver la iglesia, continuamos subiendo la colina, llegando minutos antes de la una y cuarto a las Termas de Diocleciano, cerca de las cuales se encuentra la iglesia Santa Maria degli Angeli, una iglesia que tenía la esperanza de que me gustara mucho. Y la verdad es que el conjunto de las termas y la iglesia me parece bastante bonito. Las termas son una especie de ruinas romanas bastante bonitas, aunque me tengo que conformar con verlas desde fuera, y la iglesia de Santa Maria degli Angeli se encuentra dentro de las propias termas, y la verdad es que es espectacular. Desde luego, una de las iglesias que más me han gustado de Roma. Tras ver la iglesia, vemos la famosa y polémica en su tiempo Fuente de las Náyades, en la Piazza Repubblica, y tras ello, decidimos dar por finalizada la primera mañana en Roma, y nos vamos a comer a un McDonalds cercano a Piazza Republica, seguramente el único que hemos visto en el centro de Roma.

Santa Maria Maggiore, San Pietro in Vincoli y primera visita al Coliseo.
Tras una comida bastante rápida, de apenas veintecinco minutos, salimos a las dos menos cuarto rumbo a la basílicade Santa Maria Maggiore, a donde llegamos a las dos de la tarde. Nos acercamos por la parte posterior de la basílica, y la encuentro espectacular, preciosa. Me quedo sin palabras. Tanto, que tardamos veinte minutos en entrar en la iglesia porque no dejo de sacar fotos: me encanta. Tras las fotos, entramos en la iglesia y sufro una pequeña decepción. No es que no me gustara, pero esperaba verla sin sillas, para poder disfrutar de la planta rectangular que caracteriza a las basílicas mayores de Roma. Pero salvo ese pequeño detalle, también me gusta bastante por dentro. No es una iglesia tan ornamentada como San Ignacio de Loyola, por ejemplo, pero sigue siendo muy bonita. Cuando salimos, nos quedamos admirando la fachada principal de Santa Maria Maggiore, que si bien me gusta un pelín menos que la trasera, es también espectacular y no tiene nada que envidiar a esta. En definitiva, Santa Maria Maggiore es uno de los lugares que más me ha gustado hasta el momento de Roma.

Santa Maria Maggiore

A las dos y media decidimos continuar. Hemos visto todo lo que teníamos previsto en la agenda, así que tenemos que improvisar algo para la tarde. Y, ¿qué mejor manera que finalizar el día con el monumento más conocido de Roma? Así pues, decidimos dirigirnos hacia el Coliseo, pero deteniéndonos en lugares importantes antes de llegar ahí. Así, nuestra primera intención se centra en la iglesia de Santa Prassede, que se encuentra al lado de Santa Maria Maggiore, pero el maravilloso horario de las iglesias de Roma nos impide verlo. Así pues, decidimos dirigirnos hacia la iglesia de San Pietro in Vincoli, que abre a las tres de la tarde, y donde se encuentra la que probablemente es la escultura más famosa de Roma: el Moisés de Miguel Ángel.

Así, tras perdernos un poco y entrar en lo que llamamos el parque de los locos y los drogadictos de Roma, llegamos a la iglesia de San Pietro in Vincoli a las tres de la tarde, y apenas tenemos que esperar un minuto a que abran. Así da gusto. El único problema de llegar a esta hora es que hay mucha gente esperando y entramos todos en marabunta directos a ver la escultura de Miguel Ángel, y la ves un poco agobiado, algo que supongo que no será así a media mañana. Aun así, eso no nos impide disfrutar de la escultura, la cual es impresionante, y lo único que merece la pena de la iglesia junto con las famosas cadenas de San Pedro.

Tras ver la iglesia, nos dirigimos hacia el Coliseo, al cual llegamos poco después de las tres y cuarto. Impresionante. Espectacular. Me quedo sin palabras. No pensaba verlo este día, y la verdad es que agradezco no haberlo dejado para más tarde. Ni los pocos andamios que cubren la planta baja del coliseo consiguen disminuir la impresión que me da. Con el Coliseo decidimos dar por finalizado el día, y nos pasamos tres cuartos de hora sacando fotos, sentados admirando el Coliseo, dándole la vuelta... Es precioso.

Coliseo.

Finalmente, a las cuatro de la tarde nos dirigimos a la parada del autobús, y tras esperar un rato, cogemos un autobús que nos deja cerca del apartamento. Antes de entrar, nos dirigimos a un supermercado cercano para comprar cosas para desayunar en el hotel y no perder mucho tiempo el resto de días desayunando. Finalmente, entramos en el apartamento minutos después de las cinco menos cuarto. El día ha sido perfecto.

Fotos nocturnas del Panteón y la Fontana di Trevi.
Tras un merecido descanso, salimos a las siete de la tarde del apartamento, y nos dirigimos hacia el Tiber, para verlo por primera vez. En apenas veinte minutos vemos por primera vez el Castel Sant'Angelo. La siguiente media hora la pasamos recorriendo el Tíber hasta el puente Umberto I, haciendo muchísimas fotos del Castel Sant'Angelo.

Una vez hechas las fotos del Castel Sant'Angelo, nos dirigimos hacia los alrededores del Panteón en busca de un sitio para comer, decidiéndonos por la conocidísima pizzería Da Francesco, donde comemos una pasta que no está mal, si bien luego nos damos cuenta de que las pizzas tienen mejor pinta que las pastas.

Tras cenar, y antes de ir al apartamento, tenemos decidido fotografiar la Fontana di Trevi y el Panteón. Así, con un heladito cada uno, llegamos al Panteón un poco antes de las nueve y media. En Piazza della Rotonda se ve bastante ambiente, muchos restaurantes abiertos, y una chica cantando canciones, una de ellas el Che serà de José Feliciano, que no me abandonará la cabeza en el resto del viaje. Tras diez minutos haciendo fotos, nos dirigimos hacia la Fontana di Trevi, a donde llegamos quince minutos después, a las diez menos cuarto. En la Fontana di Trevi encontramos tantos turistas como esa misma mañana, pero aun así conseguimos sacar unas cuantas fotos sin turistas, al igual que habíamos podido hacer esa mañana. Tras quince minutos haciendo fotos, a las diez nos ponemos en marcha rumbo al apartamento, al que tardamos media hora en llegar. Damos así por finalizado el primer día en Roma, un día fantástico en el que hemos visto mucho más de lo que esperábamos ver.

Fontana di Trevi de noche.

Gastos del día.
Como el resto de días, los gastos del día de hoy apenas superan los treinta euros, ya que no hemos gastado nada en entradas a monumentos, y en comida hemos ido al McDonald's. Así, los gastos del día son los siguientes:
  • Comida: 23.35 €
  • Varios: 8.70 €
  • Transporte: 1.50 €
  • Total: 33.55 € por persona.

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