domingo, 15 de diciembre de 2013

Día 8, domingo 8 de septiembre de 2013: último paseo por Roma y viaje a Venecia.

Comienza nuestro último día en Roma y, desgraciadamente, el último que las previsiones de tiempo esperan como soleado, ya que se supone que los tres días de Venecia nos va a llover. Como hemos visto prácticamente toda la ciudad de Roma, ponemos el despertador a las ocho y media de la mañana, y tras desayunar y terminar de preparar la maleta, salimos del apartamento minutos después de las diez menos cuarto.

Paseo por lo más importante de la ciudad.
En el día de hoy tenemos previsto visitar aquello que más nos ha gustado de Roma para verlo por última. Nuestro primer destino son los Foros Imperiales, que era prácticamente lo único que no habíamos podido ver hasta el momento. De camino a los Foros Imperiales, aprovechamos para hacer las últimas fotos del monumento a Victor Manuel, que me ha gustado bastante, y finalmente nos dirigimos a los Foros para ver en especial el Mercado de Trajano, el cual nos contentamos por verlo por fuera, pues no estamos dispuestos a pagar los nueve euros que cuesta la entrada. Tras las fotos de rigor, nos dirigimos hacia el Coliseo por la Via dei Fori Imperiali, que en esos momentos está cerrada al tráfico, y hacemos las últimas fotos del Coliseo, despidiéndonos de él hasta no sabemos cuándo.

Foros imperiales.

Cuando terminamos con la sesión de fotos son las once y cuarto de la mañana, y decidimos dar un paseo hasta la Fontana de Trevi, lo cual nos lleva aproximadamente media hora. Paseamos tranquilos, sin prisas, pues está todo visto y no necesitamos agobiarnos. En la Fontana de Trevi hacemos el mismo ritual que en el Coliseo, buscamos un hueco donde poder hacernos unas fotos sin que salgan más turistas y continuamos con nuestro itinerario, que en esta ocasión nos lleva hasta el Panteón, a donde llegamos minutos después de las doce y cuarto. Como me había gustado bastante el Panteón, decidimos entrar para verlo por última vez, pero salimos rápidamente debido al agobio de gente que hay. Curiosamente, no sé si por ser domingo o por qué, pero se ve muchísima más gente en la calle y en los alrededores de los monumentos que en otros días. Así, cuando el miércoles entramos en el Panteón, no se puede decir que estuviéramos solos, pero tampoco es que hubiera muchísimos turistas, mientras que en el día de hoy el Panteón está completamente a rebosar de gente, siendo un poco agobio su visita.

Un poco tristes por este hecho, nos dirigimos hacia el último punto de nuestro itinerario, la Piazza Navona, a la que llegamos poco después de las doce y media. Tras poco más de veinte minutos sacando fotos, a la una del mediodía decidimos dar por terminado el paseo y buscamos un sitio para comer. Nos decidimos por la pizzeria La Montercarlo, una pizzeria bastante conocida en la zona y en la que tenemos muchos conocidos que han comido ahí, que nos la recomiendan por su rápido servicio. La verdad es que no comemos mal (tampoco bien, la pizza es normal), pero las pizzas nos las dan en bandejas de metal, lo cual no me gusta demasiado.

Tras comer, decidimos dirigirnos de nuevo a la Piazza Navona para verla por última vez y hace algo de tiempo hasta la hora de coger el tren. La verdad es que esta vez sí que hemos acertado con la hora del tren, ya que es a las 15:50, ya que al no ser demasiado tarde, no nos quedamos con varias horas muertas después de comer sin saber qué hacer, como nos ocurrió en Florencia. Con el tren que hemos cogido, no tenemos esas horas perdidas y encima no llegamos muy tarde a Venecia, por lo que podremos ir tranquilos a cenar, sin prisas porque se nos haga muy tarde.

Así, tras ver cómo el cielo se encapotaba por primera vez en todo el viaje, hay que reconocer que hemos tenido muchísima suerte de que vengan las nubes justo cuando nos vamos de Roma, nos dirigimos al apartamento para coger las maletas y nos dirigimos en autobús a la estación de Termini, donde llegamos con tiempo de sobra. Finalmente, sale nuestro tren, sin ningún retraso, y nos dirigimos hacia la última de las ciudades de nuestro viaje. A diferencia del viaje a Roma, donde el tren iba casi vacío, este va hasta los topes, supongo que por ser domingo. En el tren viajamos con dos señoras de Padua, las cuales son bastante majas y de vez en cuando nos dan algo de conversación, así como un poco de un postre típico siciliano similar al turrón. Finalmente, a diferencia del viaje a Roma, llegamos a Florencia a la hora que marcaba el billete, las ocho menos veinticinco.

Llegada a Venecia
Lo primero que hacemos nada más llegar a Venecia es coger la Rolling Venice Card, que nos cuesta 4 €, y luego un bono de transporte de 72 horas para el vaporetto, que cuesta 35 € pero que, al tener la Rolling Venice Card, nos cuesta únicamente 18 €, un chollazo. La verdad es que esperamos amortizarlo, ya que el viaje individual de vaporetto cuesta la friolera de 6 €. Con los billetes en nuestro poder, nos dirigimos hacia nuestro hotel, que se encuentra bastante cerca, a donde llegamos minutos antes de las ocho. A pesar de que la habitación es más pequeña que la del hotel de Florencia, volvemos a tener la sensación de dormir en un señor hotel. Además, el recepcionista se enrolla y a pesar de no entrarnos el wifi en nuestra tarifa, nos da un bono de 72 horas de wifi. Más no podemos pedir.

Tras dejar las maletas en la habitación, a las nueve menos veinte salimos pitando del hotel, pues el recepcionista nos ha comentado que a las diez de la noche cierran la mayoría de los restaurantes. Tras coger el vaporetto, llegamos a la Piazza San Marco a las nueve y media, encontrándola bastante vacía, así como las calles de sus alrededores. Aprovechamos para hacer unas pocos, y descubro con disgusto que parte de la fachas está tapada con andamios.

Como es tarde y no queremos perder el tiempo buscando un italiano bueno, decidimos ir a lo seguro y vamos al Hard Rock Café. Tras buscarlo durante un rato, y casi cuando lo damos por perdido, lo encontramos en una de las callejuelas adyacentes a la Piazza San Marco. Es en este restaurante donde tengo una de las mejores cenas del viaje, pues tomo la que sin duda alguna es la mejor hamburguesa que ehe comido nunca en un Hard Rock Café. La verdad es que nunca me ha entusiasmado demasiado este restaurante, porque siempre me da la sensación de que está algo quemada. Pero la de esta noche está espectacular.

Con este buen sabor de boca, decidimos salir a hacer unas fotos de la Piazza San Marco, la cual ya habíamos visto antes de cenar y que me parece preciosa. Encuentro, eso sí, los edificios bastante pequeños; el campanile es mucho más pequeño que el de Florencia, por ejemplo, y la basílica no destaca por su altura o dimensiones, al igual que el Palacio Ducal. Tras unas pocas fotos, decidimos coger el vaporeto de las once de la noche, ya que el trayecto hasta el hotel es de algo más de media hora. Nos planteamos la posibilidad de ir a Rialto andando y coger ahí el vaporetto para tardar menos, pero nos da un poco de miedo perdernos en esa red de callejuelas desiertas que es Venecia por la noche.

Piazza San Marco.

Gastos del día
Los gastos del día de hoy fueron quizá algo más elevados que los del resto de días, porque además de cenar en el Hard Rock Café, tuvimos que comprar la Rolling Venice Card y comprar el bono de transporte para Venecia. Así, los gastos del día fueron los siguientes:

  • Comida: 31.25 €
  • Tarjetas turísticas y de transporte: 22.00 €
  • Varios: 3.40 €
  • Total: 56.65 € por persona.

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