domingo, 2 de junio de 2013

Día de salida, miércoles 1 de mayo de 2012.

Como todo en esta vida, nuestras vacaciones también tocan a su fin. Como ya hemos visto todo lo importante de París, salvo Versalles, decidimos poner el despertador más tarde que los días anteriores. Así, a las nueve menos cuarto nos despierta el despertador, y, tras desayunar, hacer las maletas, ir a buscar una panadería y hacernos un bocadillo, minutos antes de las once estamos ya saliendo del hotel para apurar la máximo nuestras últimas horas en la ciudad.

Montparnasse: el otro barrio bohemio de París.
En pocos minutos llegamos a Montparnasse, el último barrio del centro de París que nos quedaba por visitar. Al igual que Montmartre, es un antiguo barrio bohemio, pero, desde mi punto de vista, sin el encanto de este. Lo más importante de este barrio son sus catacumbas, que desde un principio no íbamos a ver porque cuestan ocho euros y no están incluidas en la Paris Museum Pass, además de que el miércoles 1 de mayo cerraban, como todos los monumentos de París. Así, nuestro periplo por Montparnasse no dura mucho más de cuarenta minutos, y consiste básicamente en dar un paseo por el cementerio de Montparnasse, que en esta mañana de festivo está relativamente vacío, por lo que podemos dar con mucha tranquilidad un paseo muy agradable, y en acercarnos a la torre Montparnasse, a la que apenas hacemos una foto desde la lejanía. La verdad es que este barrio era, junto con Saint-Germain-des-Prés, el que menos atractivos me ofrecía. Seguramente me hubiera gustado mucho ver las catacumbas, pero me parecía que el precio era excesivo, y además no íbamos a trastocar el itinerario para ir a Montparnase otro día, y tener que dejar cosas más importantes para el último día..

Cementerio de Montparnasse con la torre al fondo.

Últimas fotos de la torre Eiffel.
Tras ver Montparnasse, decidimos dirigirnos hacia la torre Eiffel para sacar unas últimas fotos del que seguramente es el monumento más conocido del mundo, pero en vez de bajaros en Trocadero, donde se baja todo el mundo, decidimos bajarnos en la parada anterior, en Passy, ya que en los viajes en metro de los últimos días había visto que desde ahí se tenía una vista de la torre Eiffel preciosa, con el río Sena de por medio, y que me gustaba más que la vista desde Trocadero, ya que aunque en esta última se ve más cercana a la torre Eiffel, me parece una foto un poco más "artificial", pues parece que está colocada la torre Eiffel para que se saquen fotos. La verdad es que las fotos desde la nueva perspectiva me gustan bastante, así que hacemos una amplia sesión de fotos. Además, en contra de lo que yo esperaba, no se tarda demasiado en llegar hasta Trocadero, a donde llegamos minutos después de las doce y cuarto. En Trocadero hacemos la última sesión de fotos de la torre Eiffel, esta vez desde la perspectiva más conocida. La verdad es que ne quedo con un poco de pena de no haber podido hacer una foto desde el Campo de Marte como se merece la torre Eiffel, pero no se puede todo. Quedará para mi próximo viaje a París.

Vistas de la torre Eiffel.

Regreso a casa.
Tras ver por última vez la torre Eiffel, ya no nos queda mucho por hacer en París. Apenas eran las doce y media, así que decidimos acercarnos hacia el centro de la ciudad, por lo que cogimos el metro y nos bajamos en las Tullerías. Pasamos el resto del tiempo paseando y haciendo fotos por los alrededores del Louvre y de Notre Dame, dos de los sitios que más nos habían gustado de París. Tras comer en la misma brasserie en la que cenamos el domingo, mientras damos un paseo por los alrededores del ayuntamiento comienza a caer una tromba de agua impresionante. Pensamos que al menos en eso hemos tenido suerte, porque comienza a llover justo cuando nos vamos. Así, a las cuatro y media cogemos el metro para dirigirnos al hotel, a donde llegamos empapados, teniendo que cambiarme los calcetines. Así pues, nos dirigimos al aeropuerto, donde llegamos con tiempo suficiente como para comernos el bocadillo que nos hemos preparado a la mañana.

Finalmente, despegamos con veinte minutos de retraso, llegando a Bilbao minutos después de las diez, justo sobre la hora prevista. El vuelo transcurre sin incidentes, siendo lo más reseñable que descubrimos que nuestro bolígrafo tenía una goma con la que se borraba a la perfección lo que se escribía. Nos echamos unas risas considerables, ya que nos habíamos comido la cabeza sobre cómo podría borrarse la tinta del bolígrafo, y resultaba que quitando un tapón aparecía un goma...

Gastos del viaje.
El día de hoy fue, obviamente, uno de los que menos gastamos, ya que solo hicimos una comida y no tuvimos que entrar en ningún monumento. Prácticamente, todos los gastos se debieron a comida y al transporte al aeropuerto de París.
  • Comida: 15.9 €
  • Transporte: 9.5 €
  • Varios: 1.5 €
  • Total: 26.9 € por persona.

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