martes, 10 de diciembre de 2013

Día 7, sábado 7 de septiembre de 2013: Campidoglio, Trastevere y San Pablo Extramuros

Comienza nuestro último día completo en Roma, y como prácticamente hemos visto todo lo importante, decidimos darnos un respiro y ponemos el despertador a las ocho y cuarto de la mañana, algo más tarde que el resto de días en Roma. Tras prepararnos y desayunar en el apartamento, a las nueve y media salimos en busca de los últimos rincones de Roma que nos quedan por visitar.

Boca de la Verdad y Trastevere
Nuestro primer destino es ir hacia la Piazza della Boca della Verità, y de camino vamos pasando delante de algunos de los lugares de zona de Campo di Fiori que no habíamos visto todavía, y que tampoco es que sean muy importantes culturalmente hablando. La verdad es que la zona de Campo di Fiori tampoco nos ha entusiasmado demasiado turísticamente hablando. Tiene mucho ambiente, muchos restaurantes, y es una zona muy agradable para cenar, pero no es que destaque ningún monumento importante, más allá de las fachas de algún que otro palacio. Rápidamente entramos en el Barrio Judío, y vemos una zona de ruinas romanas en las que destaca el Teatro de Marcelo, que desde lejos bien puede confundirse con el Coliseo por el turista que visita por primera vez Roma. Tras las fotos de rigor, nos dirigimos hacia la Piazza della Boca della Verità con la intención de hacernos unas fotos con la famosa Boca de la Verdad, pero hay bastante cola, quizá de unos quince o veinte minutos, y consideramos que no merece la pena perder el tiempo en imitar a Audrey Hepburn y a Gregory Peck. Sin duda, lo que más nos gusta de esa zona son los templos del Forum Boario, y nos pasamos un rato sacando unas cuantas fotos a esos templos romanos, que nos recuerdan bastante a los que habíamos visto en el Foro Romano el día anterior.

Forum Boarium.

En ese momento, son las diez y media de la mañana, decidimos hacer un cambio de planes. Teníamos decidido ver el barrio del Trastevere tras ver la zona del Campidoglio y la basílica de San Pablo Extramuros, pero nos dábamos cuenta que de esa forma llegaríamos al Trastevere cuando dos de las iglesias que queremos ver estuvieran cerradas. Así, y como solo nos separa el Tíber del Trastevere, decidimos hacer una incursión rápida en el barrio para ver las dos iglesias que cierran al mediodía, Santa Cecilia in Trastevere y San Francesco a Ripa. La primera la encontramos bastante rápida, y aunque la encontramos más sobria de lo esperado, no nos disgusta. La segunda tardamos algo más en encontrarla, pues nos perdemos en las callejuelas del barrio. Esta última ya nos gusta más, sobre todo por su famosa escultura Éxtasis de la beata Ludovica Albertoni, la cual podemos apreciar a apenas un metro de ella gracias a un vigilante que nos deja saltarnos un cordón de seguridad. La verdad es que salvo estas dos iglesias, el resto del barrio lo hemos visto bastante desangelado y no nos gusta demasiado. Por la tarde comprobaríamos que la zona norte del barrio sería mucho más bonita y animada.

Campidoglio
Una hora después, a las once y media, volvemos a cruzar el Tiber para dirigirnos, esta vez sí, a la zona del Campidoglio. Mientras nos dirigimos hacia dicha zona, nos encontramos con un matrimonio de italianos que nos regala dos tickets del autobús turístico para usar en el día de hoy. Cuando lo cogemos, no imaginábamos que agradeceríamos haberlo hecho, pues le daríamos uso por la tarde. Con los tickets en la mano, subimos las escaleras que llevan hasta el Campidoglio, la única plaza renacentista de Roma. En el Campidoglio se encuentran dos de los museos más importantes de Roma, pero nosotros nos limitamos a admirar la plaza y sobre todo las vistas que se tienen del Foro desde sus miradores, como habíamos hecho unas noches antes. Tras las fotos de rigor, bajamos las escaleras y nos dirigimos hacia el monumento a Victor Manuel, el cual me gusta bastante, con su color blanco brillante. Pese a lo que piensan muchos romanos, no me da la sensación de que no pegue con los alrededores. Lo único que me sorprende es que me esperaba que el monumento se encontrara al final de una larga avenida, lo cual no es así.

Monumento a Victor Manuel.

A las doce y media acabamos de ver toda la zona, y en vez de dirigirnos en metro hacia la Basílica de San Pablo Extramuros, para verla antes de comer, decidimos ir en busca de unas zapatillas para mi pareja. Nos ponemos a andar por la calle que lleva al monumento a Victor Manuel, pero en dirección opuesta a este, y observamos que no hay ninguna tienda de calzado deportivo. Tras mucho andar, nos cruzamos con el autobús turístico del que teníamos los tickets que nos había dado la pareja italiana, y decidimos cogerlo para ir hasta la estación de Termini, donde sabemos que hay bastantes tiendas en las que esperamos poder comprar las zapatillas. Así, nuestra idea es comprar las zapatillas en Termini y comer algo ahí.

El viaje en el autobús es bastante lento, ya que se para unos diez minutos en cada una de las pocas paradas que tiene. Lo del autobús turístico no es mala idea para quien no ha podido prepararse bien el viaje, ya que no tiene que preocuparse en conocer qué líneas de autobús paran en qué monumento, pero a nada que uno se estudie uno un poco las paradas de autobús, comprenderá que no es nada complicada la res de autobús de Roma, además de que es mucho más rápido y barato el uso del autobús urbano, cuyo abono diario es de apenas seis euros frente a los casi veinte euros del autobús que cogemos y que no tiene ninguna parada cerca de lugares importantes como la Piazza Navona.

Finalmente, llegamos a Termini y tras buscar un poco compramos unas zapatillas Nike para que mi pareja pueda aguantar lo que queda de vacaciones. Tras comprar las zapatillas, decidimos buscar un sitio donde comer, y encontramos uno de los mejores restaurantes en los que hemos comido en este viaje: una cadena de hamburgueserías que tiene muy buena pinta. Nada más entrar, observo que todas la mesas tienen un cubo relativamente grande lleno de cacahuetes (aunque esto es un poco engañoso, porque al final no comes mucho más de un puñado de cacahuetes, pues sobre todo quieres comerte la hamburguesa, y el cubo de cacahuetes te lo retiran al traerte la hamburguesa) y que mientras esperas te dan también una especie de Doritos con salsa de tomate para picar. Yo me decido por una hamburguesa de medio kilo que aunque los primeros bocados no me convencen, la acabo encontrando sabrosísima. Sin duda, una de las mejores comidas de estas vacaciones.

San Pablo Extramuros. la última de las grandes basílicas
Tras comer, sacamos un billete de metro, para lo cual tardamos bastante más de lo esperado, y nos metemos en el metro rumbo a la basílica de San Pablo Extramuros, la última de las basílicas mayores y sin duda la menos visitada por los turistas (y eso que en llegar apenas se tarda diez minutos en metro y cinco andando), a donde llegamos a las tres y cuarto. El interior de esta basílica me parece espectacular, pues es bastante mayor que Santa Maria Maggiore y San Juan de Letrán y, sobre todo, no tiene sillas, por lo que da mucha mayor sensación de grandeza. Su exterior, con un jardín con palmeras, le da un toque bastante distinto al resto de basílicas. Sin duda, ha sido una gran idea venir a verla.

San Pablo Extramuros.

Tras media hora de visita, cogemos un autobús, en el que esperamos veinte minutos antes de que salga, y nos dirigimos hacia Piazza Venecia, a donde llegamos pasadas las cuatro y media, con la intención de terminar de ver lo que nos quedaba del barrio del Trastevere, no sin antes ver la iglesia del Gesú, la última iglesia importante de Roma que nos quedaba por ver. Al comienzo del día queríamos ver también la zona del Gianicolo, pero pensamos que no merece mucho la pena y descartamos su visita. Así, nos dirigimos hacia el Trasteveree, con la intención de ver la famosa iglesia de Santa Maria in Trastevere. Esta vez sí, nos encontramos un barrio bastante más animado, con ambiente, terrazas, bares... Nos preguntamos si no hemos hecho mal yendo a cenar al Trastevere solo la última noche, ya que esta será la única noche que cenemos en el Trastevere. A las cinco y media entramos en la iglesia

Cena y único día en Roma sin fotos nocturnas
A las ocho de la tarde salimos del apartamento rumbo al Trastevere, donde vamos a cenar. tenemos la certeza de que cenaremos perfectamente, en un ambiente romántico y muy italiano. Cuando llegamos, vemos que el barrio está repleto de gente, y tardamos un poco en decidirnos por un restaurante, ya que no nos convencía casi ninguno. Finalmente, nos decantamos por el más decente que vemos, en el cual tenemos que esperar bastante rato de cola, andando vivos para que no se nos colara alguien por error, y digo por error ya que los camareros y muchos clientes no sabían quién iba antes y quién después. A pesar de que la comida no estuvo mal, la cena fue un poco desastre para muchos, ya que veíamos muchísimos camareros confundidos, llevando platos que no eran, cobrando platos que no se habían consumido... Nosotros tuvimos muchísima suerte, ya que nos sentaron a la vez junto con otra pareja española, que pusieron a nuestro lado, y cuando nosotros nos fuimos ellos todavía no habían recibido sus platos. Tras la cena, nos fuimos directos al hotel, ya que no había nada en los alrededores a lo que quisiera hacer fotos, por lo que llegamos al apartamento bastante pronto, poco antes de las diez y media.

Gastos del día
En nuestro último día completo en Roma casi todos nuestros gastos fueron en comida (que fue el día que mejor comimos en Roma, tras el hambre que pasamos la noche anterior), y el resto se cubrió prácticamente con el billete de metro, que también nos sirvió para coger el autobús tras ver San Pablo Extramuros. Como llevamos todo el día una botella de agua que íbamos rellenando, no gastamos nada en botellines de agua.

Así, nuestros gastos fueron los siguientes:

  • Comida: 31.20 €
  • Transporte: 3.00 €
  • Varios: 1.65 €
  • Total: 35.85 € por persona

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